Amor Propio…¿Qué significa?
diciembre 14, 2024

La Adolescencia Incomprendida

Anna Freud afirmaba que “la adolescencia, más que una etapa estabilizada, es un proceso y desarrollo”. Y es precisamente eso: una de las etapas más importantes en la vida del ser humano, un puente entre la infancia y la adultez. Sin embargo, quienes hemos transitado por ella, muchas veces lo hemos hecho sintiéndonos incomprendidos, solos o en conflicto con quienes nos rodean: padres, maestros, familiares, o figuras de autoridad. Por eso, es esencial abordar este tema con mayor sensibilidad y comprensión, para acompañar a nuestros adolescentes de una manera funcional, amorosa y consciente.

¿Qué es la adolescencia?

La adolescencia es una etapa de transición que ocurre aproximadamente entre los 10 y los 19 años, aunque diversos estudios psicológicos consideran que la adolescencia tardía puede extenderse hasta los 25 años. Durante este periodo, además de los cambios físicos evidentes, el joven experimenta profundas transformaciones emocionales y psicológicas. Es una fase en la que se reafirma la identidad, se rompe con el mundo infantil y se explora un nuevo nivel de relaciones y contradicciones.

El duelo en la adolescencia

Según Aberastury, el adolescente enfrenta tres duelos fundamentales que impactan tanto su cuerpo como su psique:

  1. El duelo por el cuerpo infantil perdido:
    La transformación física lleva consigo una pérdida simbólica del cuerpo infantil, al que deben decir adiós para aceptar uno nuevo, en desarrollo y muchas veces desconocido o incómodo.

  2. El duelo por el rol y la identidad infantil:
    Dejar atrás la dependencia hacia los padres y asumir responsabilidades propias implica un proceso de separación que puede ser difícil de aceptar.

  3. El duelo por los padres de la infancia:
    Los adolescentes intentan retener la figura idealizada de los padres protectores, pero deben enfrentar su humanidad y límites, lo que genera confusión y contradicciones emocionales.

Estos duelos, combinados con la búsqueda de aceptación en su entorno social, marcan el inicio de una diferenciación con el mundo adulto. En esta etapa, los jóvenes exploran su identidad a través de sus amistades, intereses y la expresión de su individualidad, como la vestimenta, el lenguaje o los gustos musicales.

Los grupos de pares: un refugio esencial

Durante la adolescencia, los grupos de amigos y pares adquieren una importancia igual o incluso mayor que la familia. Esto no significa que los adolescentes dejen de amar a sus padres, sino que comienzan a buscar en su entorno social la validación de su autonomía. Necesitan descubrir si son capaces de tomar decisiones, si son confiables y si pueden construir su identidad de manera independiente. Este proceso, aunque natural, suele generar conflictos y desapegos en las relaciones familiares.

Contradicciones emocionales: entre la autonomía y la protección

La adolescencia es una etapa cargada de contradicciones. Por un lado, los jóvenes anhelan libertad, independencia y un sentido de control sobre sus vidas. Por otro, necesitan el amor, la comprensión y el apoyo de sus padres. Estas necesidades opuestas generan conflictos internos y externos: mientras buscan establecer su propia identidad, rechazan y a la vez desean el sistema de valores familiar.

El duelo de los padres: aceptar el cambio

Para los padres, la adolescencia de sus hijos también representa un duelo. Aquel niño pequeño y dependiente ha quedado atrás, y es necesario aceptar que el hijo ahora necesita espacio, autonomía y tiempo para crecer. Este cambio requiere que los padres ajusten sus posturas, reglas y límites, aprendiendo a soltar de manera responsable y consciente.

Acompañar desde el entendimiento

El acompañamiento en esta etapa debe centrarse en la empatía y el respeto. Algunas recomendaciones clave para los padres incluyen:

  1. Escucha activa: Valorar y atender las inquietudes de los adolescentes sin juzgar.
  2. Establecimiento de límites claros: Reglas consistentes, pero flexibles, que les permitan aprender sobre la responsabilidad.
  3. Validación de su individualidad: Reconocer sus gustos, intereses y decisiones como parte de su proceso de autodescubrimiento.
  4. Apoyo emocional: Mostrar comprensión y amor incondicional, incluso en momentos de conflicto.
  5. Respeto a su autonomía: Brindarles la oportunidad de tomar decisiones y asumir sus consecuencias.

Conclusión

La adolescencia es una etapa de cambios profundos que, aunque puede ser difícil, también representa una oportunidad única para fortalecer los vínculos familiares desde la comprensión y el amor. Los adolescentes necesitan sentirse aceptados y acompañados mientras exploran su identidad y autonomía. Por su parte, los padres deben aprender a adaptarse al nuevo rol de guías, dejando espacio para que sus hijos crezcan de manera responsable y consciente.

Acompañar esta etapa desde la empatía y el entendimiento no solo facilita la transición de los adolescentes, sino que también fomenta relaciones familiares más sólidas y significativas. La adolescencia, más que un desafío, puede convertirse en un momento de aprendizaje mutuo y crecimiento compartido.

Psic. Fabiola Aquino

 

Bibliografía

Aberatury, Arminda “la Adolescencia Normal” un enfoque psiconalitico,

Espinosa Lillo, Jose Luis “ Crecimiento y comportamiento en la adolescencia”

Díaz Sánchez, Josefina “ Identidad, adolescencia y cultura”

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *