Muchas veces, sin darnos cuenta, nos encontramos viviendo situaciones similares una y otra vez: parejas que nos lastiman, conflictos repetidos con nuestros hijos, o decisiones que nos llevan al mismo lugar emocional.
Nos decimos cosas como:
👉 “Otra vez estoy en una relación que me hace sentir sola/o.”
👉 “Juro que no quería tratar a mis hijos como lo hicieron conmigo, pero me sale automático.”
👉 “Ya había superado esto… ¿por qué vuelve a pasar?”
La respuesta puede estar en los patrones emocionales inconscientes que hemos aprendido y que seguimos repitiendo hasta que logramos hacerlos conscientes y transformarlos.
Son formas de sentir, pensar y actuar que se formaron en nuestra infancia o en momentos clave de la vida.
Se repiten porque en algún momento nos ayudaron a sobrevivir emocionalmente, aunque hoy nos limiten o lastimen.
📌 Ejemplo:
Si de niño/a aprendiste que debías agradar a todos para no ser rechazado, de adulto podrías evitar poner límites en tus relaciones… incluso si eso te genera angustia.
Porque lo conocido nos da una falsa sensación de control.
Volvemos a lo familiar aunque duela, porque el cambio implica incertidumbre.
Además, no solemos ver el patrón con claridad hasta que lo trabajamos emocionalmente.
¡Sí!
El primer paso es hacer consciente el patrón.
Después, con acompañamiento, se puede resignificar la experiencia original y aprender nuevas formas de relacionarte contigo y con los demás.
Transformar estos patrones no es rápido ni fácil, pero sí profundamente liberador.
🔹 Repetimos lo no resuelto.
🔹 Lo inconsciente dirige nuestras decisiones hasta que lo hacemos consciente.
🔹 Cambiar no significa culpar al pasado, sino tomar el poder del presente.
Reconocerlo es un gran primer paso.
Y si necesitas un espacio para comprender lo que hay detrás de esas repeticiones y comenzar a transformarlas, no estás sola (o).